El pino más fuerte

Hola… Aquella familia vivía en el campo. Su casa era preciosa, toda de madera porque estaba rodeada de bosques y hacía muchos años que los abuelos la construyeron. Un día la mamá le dice a su esposo: -Necesito que hagas una mesa. Pasaron varias semanas y la madre insistía para que su esposo se la hiciera de madera de pino, como todo lo que había en casa. Tanto le repetía la esposa que un día este llamó a su hijo, recogieron su hacha, la grande para él y la más chica para su hijo, y ambos se encaminaron hacia el cercano bosque.

            -Papá, ¿qué vamos a hacer?, le preguntó el niño, quien iba feliz con su pequeña hacha. -Hijo, vamos a buscar un árbol fuerte para construir una mesa de madera a tu mami. Llegaron a una colina donde había cientos de pinos… -Papá, le dijo el hijo, ¿cuál de estos pinos quieres que cortemos? Y el padre le respondió: -Aún no hijo, sígueme; y empezaron a subir la colina, la cual estaba llena de pinos. -Papá, ¿dónde vas?, todos estos pinos nos sirven para hacerle la mesa a mamá. -No hijo, expresó el padre, tú sígueme. El pequeño estaba desconcertado porque dejaron atrás miles de pinos y no entendía por qué el padre seguía ascendiendo hasta culminar la colina y fue allí, en la cima, donde el papá vio un pino y le dijo a su hijo: -Ese es el pino que vamos a llevar a casa para hacer la mesa de comedor a tu mamá. El chico no le entendía, pero ambos comenzaron a talar el pino hasta que cayó al suelo, lo arreglaron para recogerlo unos días después con la carreta. Ya de regreso, el niño preguntó a su papá: -¿Por qué, habiendo tantos pinos, elegiste el de acceso más difícil? El padre le contestó: -Mira hijo, este pino está en la cima de la colina, al igual que él varios fueron plantados, vinieron las lluvias, arreciaron las tormentas y los vientos, incluso nubes de piedra que golpearon a los más débiles y muchos de ellos desaparecieron; no obstante, este se mantuvo firme porque es el más fuerte y es el que necesitamos para hacer una mesa que dure toda la vida.

            Naturalmente, explicar el sufrimiento es una tarea muy difícil; sin embargo, la dureza de la vida nunca será un castigo de Dios, sino que se nos está preparando para vivir experiencias muy importantes.

“No se hace un país diferente con gente indiferente”

            Gracias por llegar hasta aquí.  Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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