El sábado 29 de marzo, la Casa de Agustín, ubicada en Barlovento (Villa El Salvador), celebró con entusiasmo el inicio del año escolar 2025. Niños, niñas y adolescentes que recibirán clases en esta comunidad participaron en una jornada llena de alegría, fraternidad y esperanza. A través de juegos, cantos y espacios de convivencia, se dio la bienvenida a un nuevo ciclo académico.
La celebración contó con la presencia de estudiantes, egresados, madres de familia y docentes voluntarios. Gracias a su generoso servicio y carisma, se logró crear un ambiente cálido y cercano. Este encuentro reflejó el espíritu de solidaridad y apoyo mutuo que caracteriza a la Casa de Agustín, fortaleciendo los lazos entre los niños, adolescentes y sus familias.
El servicio voluntario busca reforzar el mensaje de que la esperanza se manifiesta en gestos concretos, actitudes solidarias y en el testimonio vivo de los discípulos de Cristo. Como enseña el Papa Francisco: “Los signos de los tiempos, que contienen el anhelo del corazón humano, necesitado de la presencia salvífica de Dios, requieren ser transformados en signos de esperanza” (Spes non confundit, n. 7).
Estas acciones no solo refuerzan el compromiso social, sino que también subrayan la dimensión testimonial de la fe, renovando la esperanza de quienes más lo necesitan. Al brindar servicios educativos, la Casa de Agustín permite que niños y adolescentes experimenten, en su vida cotidiana, la certeza de un amor inquebrantable. En palabras del Papa Francisco: “Soy amado, luego existo; y existiré por siempre en el Amor que no defrauda y del que nada ni nadie podrá separarme jamás” (Spes non confundit, n. 21).
Este evento marca un paso significativo en el camino de esperanza, fe y servicio que la Casa de Agustín ofrece a toda su comunidad educativa en Villa El Salvador.
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