A toda la comunidad, por la elección del Papa León XIV

Querida comunidad agustina, esta última semana ha sido de grandes y gozosos sentimientos por la elección de Fr. Robert Francis Prevost, OSA, como sucesor de Pedro y Papa de la Iglesia Católica.

Personalmente, recién en estos últimos días estoy logrando asimilar el mar de emociones que ha significado esta noticia, para poder reflexionar sobre lo que nos dice como comunidad. De hecho, agradezco a mi hermana, exalumna también de nuestro colegio, que me preguntó si ya había dirigido unas palabras por este acontecimiento. Esa pregunta, me ayudó a aterrizar más rápido y, en efecto, tengo algo que decir a nuestra querida comunidad: estudiantes, colaboradores, familias y exalumnos.

En primer lugar ¡Felicitaciones a todos! ¡El Papa es agustino! Nuestra familia espiritual, además de los muchos frutos de santidad, mujeres y hombres de bien, y servidores de la Iglesia y la sociedad, hoy tiene el honor de dar un Papa para la Iglesia Universal. La alegría es inmensa y, con toda la Orden de San Agustín en el ancho mundo y todos los cristianos podemos decir ¡Bendito sea Dios por su llamada misericordiosa!

En segundo lugar, queridos hermanos y hermanas, pensemos que tenemos un hermano nuestro, Robert, que ha sido elegido para el ministerio de Pedro. La primera respuesta que nos pide el amor fraterno es ayudarle, con todo nuestro ser. Con nuestra obediencia, nuestra ánimo y, sobre todo, con nuestra oración continua por él. Yo animo a todos que, así como hemos celebrado el nombramiento de León XIV, nuestra oración por él sea diaria y ferviente: es nuestro hermano el que está en la sede de Roma, es lo mínimo y primero que debemos hacer por él.

Por último, invito a preguntarnos a todos qué nos pide esto como agustinos. El mundo y la Iglesia han pedido al carisma agustino que dé un paso al frente en este nuevo tiempo y el Papa León ya le está hablando al mundo de tres valores que conocemos bien: unidad, caridad y verdad. Habla de una paz desarmada y desarmante, de que las guerras siempre se pueden evitar, de no temer anunciar que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo, de volver a valorar la riqueza de oriente, de velar por la dignidad humana en medio de la nueva revolución que es la inteligencia artificial, etc. También nosotros, como agustinos, podemos trabajar por la unidad en este mundo tan dividido y creo que esta elección, es un llamado de Dios a nuestra familia espiritual para ponernos manos a la tarea de una vez.

Termino estas palabras contándoles, conmovido, lo que el Papa León dijo ayer al superior general de nuestra Orden y su Consejo cuando fue a visitarlos en su casa de Roma. Celebró la misa, almorzó con ellos y les dijo: he tenido que renunciar a mucho al asumir este cargo; pero no he renunciado a ser agustino.

Fr. Gustavo Moreno Ulloa, OSA
Rector