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Hola… Hoy quiero hablarte de un hombre de Dios; por lo tanto, de un hombre bueno. Lo conocí hace muchos años cuando apenas era estudiante de Teología en la Facultad de Teología de Lima. No recuerdo haber estado en su Ordenación Sacerdotal, pero sí tuve la oportunidad de compartir con él en varias oportunidades, posteriormente cuando era Obispo Auxiliar de Lima y en la actualidad de la Arquidiócesis de Arequipa. Me refiero a Monseñor Raúl Chau Quispe.
En este encuentro quiero hacerte referencia de cómo ante una realidad dolorosísima como la que estamos viviendo, creo importantísimo no perder de vista y valorar a quienes están haciendo una maravillosa labor social. Es cierto que leemos en el Evangelio una frase indicándonos que “lo que haga tu mano derecha no tiene por qué saberlo la izquierda”; y añadiendo a esta frase, recordamos el pasaje de Juan 4, 37 que dice: “Uno es el que siembra y otro el que cosecha”. Sin embargo, esta es una época donde muchos intentan minimizar y muchas veces ignorar la labor silenciosa y fructífera de la Iglesia, poniendo en titulares errores, defectos y pecados que, con mucha pena, debe reconocerlos y con mucho esfuerzo y fortaleza del cielo debe superarlos.
Monseñor Raúl me escribió así: “Hoy lunes empezamos el día visitando la zona del Alto Cayma, siempre con la grata compañía del P. Alex que continuamente está acompañando a estos hermanos nuestros que pasan necesidad, para llevarles esperanza, consuelo y ayuda en nombre del Señor y de la Iglesia.
Gracias a la generosa ayuda de personas entusiastas y comprometidas con la Iglesia es posible dar 1,800 almuerzos diarios en 14 comedores, algunos muy sencillos como los que ves en las fotos que te envío.
Que Dios siga bendiciendo a las personas entusiastas y comprometidas, a las empresas e instituciones que hacen posible que muchos que pasan grandes necesidades no se sientan abandonados.
Hemos repartido también los politos, chalinas y chompas tejidas por señoras de Lima, además de mantas polar donadas por señoras arequipeñas.
Unidos venceremos la COVID-19, siempre de la mano de Dios”.
Quería compartir estas líneas con ustedes para que aquellos que nos sentimos profundamente identificados con la Iglesia, notemos el respaldo de estas personas que no serán noticia, pero cuya labor será premiada por el Todopoderoso que ve cada detalle y valora el trabajo de quienes lo hacemos en su Nombre.
Que Dios siga bendiciendo al Arzobispo Javier del Río Alba y a Monseñor Raúl Chau Quispe.
“Una sola alma y un solo corazón hacia Dios”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
Contáctanos en facebook: Padre Pablo.
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