Luchar para triunfar

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Hola… El jueves pasado cumplía años uno de los futbolistas que, en los últimos tiempos, asombró al mundo con el arte del balón. Cumplió 52 años Gabriel Batistuta, quien con el número “9” a la espalda hizo goles de fantasía, uno de ellos hace 20 años, saliendo con el balón desde su propia área, llegando a la de Colombia, solito marcó un gol memorable. Para mí fue muy importante el gesto que hizo: la “Señal de la Cruz”, agradeciéndole a Dios por el arte que había puesto en sus botines de futbolista.

            Lo leí, me pareció una bonita experiencia para poder conversar, juntos, en este lunes: ‹Un día, un amigo de Batistuta, o “Batigol” como le llamaban algunos, se le acerca y le dice: -Ayer necesité ir a la notaría y tenía que sacar unas fotocopias; preguntando, me indicaron que en la esquina había un pequeño negocio donde fotocopiaban. Allí fui y quien me atendió era un chiquillo que se parecía mucho a ti; le hice el comentario de tu persona y me contestó que sí, que él era tu hijo. Gabriel Batistuta le respondió: -Es verdad, es mi hijo Joaquín; sorprendido el amigo, le dijo a Batistuta: -¡Cómo tienes a tu hijo sacando fotocopias con tanto dinero que posees!

            Mira qué lección le dio este talentoso jugador de fútbol o, más aún, talentoso ser humano, cuya filosofía, por lo menos, merece la pena conocer: -Él es mi hijo, yo soy su padre, pero ambos somos dos personas diferentes, cuyas vidas no tienen por qué ser iguales, lo que sí es igual, para él y para mí, es que “si queremos triunfar en esta vida, tenemos que luchar, sacrificarnos y sobre todo hacer lo que hacemos con alegría”. Cuando mi hijo sube a mi carro, último modelo, sabe perfectamente que él no lo ha logrado; se lo puedo regalar, pero la gran satisfacción será cuando él, si lo quiere así, lo consiga con su esfuerzo y con su sacrificio›.

            Saltamos de la anécdota a la conversación entre tú y yo; me permitiría, si lo crees conveniente, decirte que, desde mi punto de vista, nada bueno puedes lograr con todo lo que le das a tu hijo, con ello estás anulando su capacidad de superación. Por lo tanto, que Batistuta haga eso con su hijo, podemos estar o no de acuerdo, pero si ambos lo han asumido como filosofía de vida, el joven alcanzará en su experiencia personal el éxito que su padre tuvo en el mundo del fútbol: HABERSE REALIZADO COMO SER HUMANO.

“La mejor manera de predecir el futuro es creándolo”.

            Gracias por llegar hasta aquí.  Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

            Contáctanos en facebook: Padre Pablo.

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