Unámonos como familia

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Hola… Aquel pueblo era famoso en toda la comarca, porque durante años hablaban de él como el que producía la “sopa de piedra” más rica; así como lo lees, “sopa de piedra”.

            ‹Cuenta la tradición que en aquel pueblo había muchas envidias, muchos rencores, mucha desunión, por lo que llegó un anciano sabio y en la primera casa que tocó la puerta, salió una señora preguntándole qué quería, respondiéndole así el hombre: -¿Podría invitarme un poco de pan y un vaso con agua? La mujer, molesta, le dijo: -¡Váyase, si entre nosotros no nos ayudamos, menos voy a socorrer a un forastero! -Señora, le dijo el anciano, si gusta le puedo enseñar a preparar una “sopa de piedra”, no me estoy burlando de usted, solo le pido una olla llena de agua y yo pongo en ella esta piedra; le puedo decir que es la sopa más rica que tomará en su vida. La mujer quedó pensativa y se dijo a sí misma. -La verdad que la inversión no es significativa y nada me cuesta probar. -Buen hombre, ingrese a mi casa, aquí tengo una olla, vamos a llenarla de agua y la ponemos al fuego. El anciano, en un momento dado, puso la piedra dentro de la olla; a los pocos minutos este probó el agua y le dijo: -Si a esto le echáramos un pedazo de carne el sabor sería único. -Por supuesto, contestó la señora, aquí tengo la carne y la añadieron a la sopa. El hombre volvió a probar y le preguntó: – ¿Tendría usted una papita?, y la mujer le pidió a la vecina. Luego le manifestó: -Con un poquito de verduras sería lo máximo, y otra vecina se las dio. Después de media hora, el pueblo entero estaba involucrado con la “sopa de piedra”. Cuando la probaron, alguien dijo: – ¿Por qué no traemos pan y frutas? Y se sentaron en la mesa.

            Todos se sentían extrañamente felices mientras reían, conversaban y, por primera vez, comenzaron a compartir lo que tenían. Desde aquel momento, en ese pueblo se reunían una vez al mes para preparar la “sopa de piedra” ›.

            Que el Señor de los Milagros haga de nuestro Perú un país solidario y comprometido.

            Esta sopa comenzó con una piedra, pero logró un objetivo: unir al pueblo.

            Que desde esta enfermedad que nos angustia, sepamos unir a nuestro Perú.

“Cuando un huevo se rompe desde fuera es para comerlo,

pero cuando se rompe desde dentro es para dar vida”.

            Gracias por llegar hasta aquí.  Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

            Contáctanos en facebook: Padre Pablo.

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