Las familias agustinas tienen una misión principal, la cual colabora día a día con nosotros como colegio, ello es “Formar lideres cristianos”, y en este caminar aparecen algunas preguntas como: “¿Cómo lo hago?” y “¿Cuándo empiezo?”
Y es que no existe la fórmula secreta o una estructura de cómo formar a nuestros hijos bajo la mirada que nos invita San Agustín, de ser buscadores de la verdad, inquietos de corazón. No hay instrucciones exactas porque cada familia es diferente, conformada por personas diferentes, desde lo biológico hasta los factores ambientales.
Pero uno de los aspectos cruciales dentro de las familias agustinas es contar con valores espirituales que guíen y den una estructura a su familia, dicho así valores que guíen los límites que coloquen en casa, la forma depende del estilo de vida de cada familia.
En esta nota te queremos dejar cuáles son algunos valores espirituales que en conversaciones con nuestra Gestora Pastoral familiar, Valery Bueno, creemos que son importantes que vayan de la mano en la crianza de los hijos.
- Amor: Siendo este incondicional, enseñándoles a nuestros hijos que muy por encima de todo está el amor hacia uno mismo y hacia el otro. “Amémonos los unos a los otros como yo los he amado”, el amor de Cristo es un gran ejemplo a imitar como el papa Fransisco menciona; “amar a Cristo como a los hermanos”,
- Caridad: Desde la mirada que tengamos con nuestros hijos independientemente de su edad, frente a sus errores evitando salvarlos, sino dándoles una mano cuando lo requieran. Viviendo desde casa también la entrega desinteresada hacia el otro, pudiendo ser cualquier integrante de la familia. “¿Por qué no le enseñas a tu hermana la tabla de multiplicar?” “¿Qué te parece si ya no vas a usar esta prenda que esta nueva puedas dársela a tu hermano(a)?” Aprender desde las pequeñas acciones en casa a darse al prójimo.
- Responsabilidad: Empezando por uno mismo, como modelos ser responsables con nuestras labores de casa y profesionales, ser responsables con nosotros mismos cuidándonos para luego cuidar de ellos.
- Honestidad: Basándose en la comunicación verbal y no verbal, digamos a nuestros hijos lo que sentimos y pensamos de forma respetuosa, aprendamos a decirles “no sé” antes de mentirles o creandoles historias falsas. No perdamos la confianza con nuestros hijos para que ellos sientan que en su hogar prima la honestidad no para humillar sino para enseñarles que “la verdad los hará libres”.
La crianza es una tarea ardua pero tener valores espirituales que rigen nuestro actuar hace más fácil el camino, empezamos la cuenta regresiva para que este 2023 finalice.
Te invitamos a reflexionar sobre lo aprendido este año, a fortalecer, revisar o implementar los valores espirituales en casa, nunca es tarde para dar lo mejor a nuestros futuros líderes cristianos.