¿Conoces a la familia de San Agustín?

En este mes de agosto toda la familia agustina está de fiesta ya que celebramos a nuestro patrono San Agustín. Y en este blog del Departamento de Familia en conjunto con la Gestora Pastoral Familiar deseamos compartirles un poco de cómo era la familia de San Agustín.

Conformada por su padre Patricio, su madre Santa Mónica y sus hermanos. Sus padres se casaron como era de costumbre en esa época por un arreglo familiar; Patricio era un hombre de buena familia, trabajador, sin religión y de mal genio; en cambio Santa Mónica era una mujer con una devoción a la vida cristiana, tranquila y persistente en lo que deseaba de corazón. 

A pesar que Patricio era un hombre con poco control de la ira, Santa Mónica nunca sufrió algún maltrato de su parte; esto se debe a que San Mónica menciona que sabía cuándo era oportuno callar y ayudar a serenar con buen humor a su esposo ya que para pelear se necesitan dos. Asimismo, Patricio a pesar de no estar de acuerdo con el que Santa Mónica rece y tenga generosidad con los más necesitados, él dejaba que ella lo haga con naturalidad, además de ser un padre que se preocupaba por sacar adelante a su familia en mantener una estabilidad económica y una buena educación para sus hijos.

Encontramos así que San Agustin proviene de una familia donde los padres tenían diferentes estilos de crianza y formas de vivir la vida (como en las familias actuales), sin embargo, la inteligencia, dedicación y fe de Santa Mónica marcó mucho en el sistema familiar que tenían ya que mediante sus acciones logró que poco a poco que Patricio pueda desarrollar la comprensión y flexibilidad que lo llevaría luego a convertirse a la fe antes de morir.

Y como madre, Santa Mónica aprendió que “hacer mucho y tener el control” puede no ayudar en la formación de los hijos y que como San Ambrosio le dijo: a veces lo único que queda es rezar, dejar que los hijos tomen y formen su propio destino. Siendo un reto grande para Santa Mónica pero que le enseñó a dejar de controlar todo lo que hacía San Agustín y comenzar a rezar profundamente por su conversión lo que años más tarde dio fruto.

Tomemos como reflexión la vida en familia que tuvo San Agustin y cómo a pesar de sus dificultades han llegado a la santidad con acciones pequeñas pero llenas de fe, que igualmente todos podemos realizar.

¡Felices Fiestas Agustinas!