Nunca es tarde para ganar “El cielo”

Hola… Tiempo hacía ya que el Filósofo de La Encalada había desaparecido. Bien es verdad que conociéndolo sabía que se cuidaba, pero me preocupaba por su edad y por supuesto por la pandemia. Esta mañana apareció en el Colegio San Agustín y como sabe dónde se encuentra mi oficina, cuidando todos los protocolos, se acercó a saludarme.

         De él siempre aprendo cosas nuevas, al mismo tiempo que me hace reflexionar sobre aspectos fundamentales en la vida de un ser humano. En el marco de la conversación le dije que no solo yo, sino también muchas personas que hemos sobrepasado los sesenta años, tenemos una pregunta común o, mejor dicho, una pregunta que nos hacemos la mayoría: -¿En mi vida habré hecho lo suficiente para salvarme? Porque creemos en la Vida Eterna, porque sabemos que la Sangre Redentora de Cristo lo fue, lo es y lo será para toda la humanidad, pero a cada uno de nosotros, por haber nacido libres, nos corresponde llevar una vida santa.

         El Filósofo de La Encalada me comentó: -Pablo, es conveniente que leas el Salmo 15(14), el cual dice a la letra: “Señor, ¿quién se hospedará en tu tienda? ¿Quién habitará en tu monte santo? El que procede con rectitud, se comporta honradamente y es sincero en su interior; el que no calumnia con su boca, no hace daño a su prójimo, y no agravia a su vecino, el que mira con desprecio al malvado, y honra a quienes respetan al Señor. El que no se retracta de lo que juró, aunque resulte perjudicado, el que no presta su dinero con usura, ni acepta soborno contra el inocente. El que se comporta así, vivirá siempre seguro”.

         Mi amigo continuó diciéndome: -Nunca es tarde para ganar “el cielo”; estoy seguro que cada uno de nosotros tenemos un tiempo de conversión porque, a lo largo de la vida, podremos ir definiendo caminos de los cuales nos sentimos bien al caminar, pero llega un momento en el que notamos que no nos llevan a ninguna parte. No digo que no hayamos sido honestos con nosotros mismos, pero a una altura de la vida nos damos cuenta de que no fue la mejor decisión. Ciertamente, también puede haber personas que conscientemente hemos tomado decisiones erradas, pero lo hicimos porque nos sentíamos bien o porque pensábamos que la vida humana era infinita, pero… un día nos preguntamos: -¿Seré digno de vivir la eternidad junto a Dios cuando Él me llame?… Volvamos a leer el Salmo de manera más reflexiva.

“La Fe no hace las cosas fáciles, hace las cosas posibles”

         Gracias por llegar hasta aquí.  Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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