Única e irrepetible

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Hola… Ayer fue un domingo tan “igual” y tan “distinto” a cualquier segundo domingo de mayo que hayamos podido vivir hasta la fecha; “igual”, por ser el “Día de la Madre” y “distinto”, porque nunca antes lo hemos vivido en experiencia de “cuarentena”. Habrá un grupo de mis lectores que me dirán: -Mi mamá ha estado conmigo los últimos sesenta días; sin embargo, para muchos en estos sesenta días, por no vivir en el mismo lugar, se han comunicado a través del internet o del teléfono. En otros casos dolorosos, este sería el primer año que lo van a pasar sin la presencia de su mamá porque ya partió a la Casa del Padre.

Sea cual fuera la experiencia de cada uno de nosotros, hay un común denominador que lo define una palabra: “GRATITUD”. No cabe la menor duda que cada uno de nosotros podríamos escribir historias totalmente distintas. Unos tienen a su madre en un altar y otros tienen una actitud hacia ella de desprecio y abandono; espero que estas personas no sean mayoría.

Para todos, la experiencia de una madre es “única” e “irrepetible”. Todos nacemos de una mujer, todos nacemos una sola vez, aunque en el corazón de una madre, para ella, nacemos todos los días. Desde la experiencia de fe, es Dios quien puede darnos y quitarnos la vida, pero ante este misterio solo Él pudo crear a una persona a quien confiar esta divina tarea y ella es nuestra MADRE. Cuando Dios pensó en cada uno de nosotros, antes escogió a la mujer que nos daría la vida. Al mismo tiempo, la primera persona que pensó en nosotros y nos comenzó a amar es nuestra MADRE, sintiendo nuestra presencia a los pocos días de la concepción.

Si esto no es suficiente para una infinita gratitud hacia ella, que alguien me diga qué circunstancias de la vida deberían sucedernos para que sean más importantes, y yo estoy seguro que nadie en esta vida puede decir que le haya sucedido algo mejor que el haber nacido, porque desde allí comienza todo lo que somos pero, sobre todas las cosas, impregnado del amor más sincero y más profundo.

“Nunca dejes a Dios fuera de tus proyectos, Él es la clave del éxito”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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